Basta modificar la velocidad de nuestra visión para ver a las flores mucho más vivas y activas que como las imaginamos, y la alegría y expresividad con que se mueven que casi parece oír sus risas y exclamaciones de júbilo al abrirse al aire y al sol ¡cuánto cambia el mundo con sólo cambiar nuestra forma de mirar!
mayo 10, 2012