No puede ser considerado normal el disfrutar eliminando animales, máxime cuando incluso se está dispuesto a pagar cantidades exorbitantes por hacerlo. Hay que carecer de sentimientos y tener graves trastornos afectivos para gozar al atravesar órganos vitales de un ser, imponente o no, por el mero hecho de hacerlo, de matarlo, de abatirlo de la forma más cobarde posible. ¿Qué se puede esperar de personas con semejante aislamiento sentimental? Esa tendencia a apagar vidas por por afición, debiera estar considerada suficiente motivo como para merecer una vigilancia psiquiátrica, porque personas así no pueden ser inofensivas. Existe en ellos sin duda un problema psicológico, que sería raro que no repercutiera en otros seres diferentes de los animales. O eso, o se trata simplemente de personas indeseables, egocéntricas, arrogantes y malnacidas, que merecerían sentir lo que provocan.
vía La caza es una forma accesoria de demencia humana – Iniciativa Debate Público.