Estoy diciendo que la ideología de Gallardón —suponiendo que la tenga y que esta vaya más allá de la mera conservación del poder— es irrelevante en este caso. Estoy diciendo que sería muy tranquilizador que Gallardón fuera una bestia reaccionaria. Pero no lo es. O sí. Aunque también es lo contrario. O no. Depende de cómo sople el viento. Gallardón es un político sin ideología, y eso es muchísimo más peligroso que si estuviera a las órdenes de la Iglesia católica.
vía Entrevista a Antonio Orejudo sobre la soberbia de Gallardón.