Es sabido, y ha salido en una infinidad de reportajes, que el coltan, ese mineral necesario para la fabricación de smartphones y portátiles, proviene de minas en territorios en conflicto, y donde trabajan adultos y niños en condiciones tan peligrosas que se sabe que se entra, pero no siempre que se sale.
Cualquier consumidor pensaría que no se puede hacer otra cosa que comprarlos, a pesar de esto, porque todos los móviles que se producen llevan ese material. Pero eso no es del todo cierto. Sí se puede consumir de otra forma, al menos comprando un móvil de comercio justo. La empresa social Fairphone, de Holanda, viene fabricándolo desde 2013.
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