Charlie Hebdo, laicismo y el tercer mandamiento – Observatorio del Laicismo – Europa Laica.
Seguramente Dios no quisiera decir que el castigo por la blasfemia es la pena de muerte. Posiblemente, tal y como interpretan los religiosos liberales, lo que hay que entender en el texto es que hay que respetar la libertad de expresión de los demás, también la de los blasfemos[3]. Pero si Dios, que es omnisciente y todopoderoso, quería decir eso, y sabiendo que seguramente habrá quien pudiera “equivocarse” y entender el texto literalmente, sencillamente: ¿por qué no les dijo: “No estoy de acuerdo con tu opinión, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo”? No lo sé, pero se me ocurre que tal vez porque para eso no hace falta ser un dios, sino que basta con ser un simple humano como Voltaire[4].
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