Aparato ideado en 1859 por el ingeniero inglés Bessemer, para convertir la fundición de hierro en acero.
Amigos, nuestra tecnológica palabra del día deriva del latín convertĕre -hacer que alguien o algo se transforme en algo distinto de lo que era-, y se trata de un sustantivo que da nombre a un ingenio clave que acabó siendo uno de los pilares básicos de la La Segunda Revolución Industrial o Gran Capitalismo, que comienza en torno a 1860…
…En efecto, el convertidor ideado por Henry Bessemer permitió por vez primera llevar a cabo el proceso de fabricación químico para la fabricación en serie de acero, fundido en lingotes, de buena calidad y con poco coste a partir del arrabio -quizá del vasco [h]arrobia ‘la cantera’-, fundición de hierro que se obtiene en el alto horno y que constituye la materia prima de la industria del hierro y del acero, lo cual impulsó dramáticamente el desarrollo del ferrocarril, de los astilleros y de la Revolución Industrial en su conjunto.
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