‘El proyecto Laramie’ debería ser leído y representado en los seminarios donde se forman los futuros sacerdotes. También debería ser leído y representado por ese cardenal que compara la homosexualidad con la hipertensión y la describe como una anomalía a tratar. En todo caso, antes de atreverse a decir nada sobre homosexualidad, ese y cualquier otro sacerdote deberían ser capaces de señalar en qué pasajes del Evangelio apoyan sus afirmaciones. Y, desde luego, deberían preguntarse si sus palabras pueden estar participando en el acoso a otro ser humano.
vía Los curas de Laramie.
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