A Odón de Buen, enterrado en México, lo expulsaron de la cátedra por enseñar las teorías de Darwin. En expresión del arzobispo que lo excomulgó, su pecado era el de propagar el «maldito E». Ahí está el cogollo, el gran sofisma. Lo decía así para no mentar el bicho: el Evolucionismo. Hay cosas que han cambiado, pero en los poderes pálidos se mantiene la guerra contra el «maldito E». El dinero público debe pagar la segregación, el apartheid por sexo, en los centros privados. La grosería histórica. Los políticos machotes perdonan la vida a las mujeres indóciles. La grosería histórica. Se suspenden festivales de música prestigiosos, como el Mozart coruñés, y se destinan fondos públicos a la ruina taurina. La grosería histórica. La política española todavía no ha llegado al Evolucionismo.
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